Este es un texto del que no soy autor, pero que contiene al 100% mi opinión y la de muchos profesionales de la isla sobre M y otras grandes agencias.
M es una importante empresa de publicidad (por decir algo) de nuestras islas, probablemente la más importante (en tamaño y facturación). M, además, monopoliza los soportes exteriores de nuestras calles y carreteras. Cuentan que otras empresas han intentado entrar en este mercado pero M se encargaba de quemar o serrar los soportes ajenos hundiendo a los recién llegados y amedrentando a los posibles competidores. Hoy en día, M practica el más flagrante de los abusos. Y nadie hace nada. Un ejemplo. Un cliente, pongamos que el más grande, pongamos que la propia Administración, encarga una campaña para la que exige, además de otros, la utilización de medios de publicidad exterior (exclusivos de M). Tú haces tus cábalas, cuadras tus presupuestos y cuando conoces la partida que puedes dedicar a estos soportes llamas a M. Ahí empieza lo bueno. Resulta que M no te permite contratar el número de soportes que tú consideras apropiados para tu campaña (10, 20, 30) sino que te obliga a adquirir un paquete completo de 85 soportes. Eso o nada. Es decir, eso o te quedas sin campaña pues no cumples los requisitos de la Administración. Es como si necesitas pan y la panadería te obliga a comprar un mínimo de 9 barras. Este hecho, obviamente, te destroza el presupuesto y te destroza la campaña ya que no te queda casi nada para destinar a otros medios (más importantes) como prensa o radio. M no quiere argumentar, tan sólo cobrar. Este hecho lo utiliza únicamente con las demás agencias, no con el cliente particular que se dirija a M y le pida 1, 4 o 15 soportes. A él se los da. Pero cuando acude otra agencia, M sabe que la Administración le ha solicitado el uso de sus soportes exclusivos. Y abusa de ello. O sea, la Administración te obliga a pasar por M y M te obliga a gastarte todo el dinero en sus soportes. Es decir, si quieres pan, 9 barras, y si no compras pan te quedas sin campaña porque te han exigido algo de pan. Es una verdadera vergüenza. Y aun queda lo peor y más sucio. A la vez que M pone trabas e imposibilita que las agencias gestionen sus recursos y, por tanto, planteen campañas coherentes, M se presenta a los mismos concursos que las agencias a la que boicotea. Es decir, el proveedor obligatorio se convierte en competidor desleal. Una vez arruinadas las estrategias de sus competidores (y a la vez sus clientes), M plantea la suya. Y la plantea, obviamente, sin las restricciones que impone a los demás. Puede aumentar, recortar o regalar tantos soportes como quiera. Pase lo que pase, M sale ganado siempre. Aunque esto lleva años sucediendo, la situación actual de escasez ha hecho que M recrudezca sus malas artes. Al fin y al cabo, M y sus tentáculos se han encargado de que nuestro entorno presente una penosa saturación de soportes exteriores muchos de los cuales lucen hoy vacíos. Así que pretenden llenarlos a costa de obligarnos a llenarlos aunque no sea necesario. Creo que se acerca el momento de que alguien haga algo. O bien que la Administración contrate directamente a M sus soportes ahorrándonos el paripé o bien que se prohiba a M establecer mínimos de contratación para campañas públicas o bien que se inhabilite a M para competir de esta forma bananera o bien que M sea expropiada y los soportes gestionados por la propia Administración. Lo que no puede ser es que en el siglo XXI mantengamos este penoso sistema feudal. Quien pueda hacer algo que lo haga. Y que lo haga ya, antes de que asqueados, dejemos que M lo gestione todo.
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